- Inversión en Europa: un cataclismo sin precedentes y un rápido repunte de la inversión, con el apoyo de la intervención pública.
- Las ayudas se han centrado en las necesidades de liquidez a corto plazo generadas por la crisis, excluyendo a las empresas «zombis» aquejadas de debilidad financiera.
- Las políticas de apoyo han servido de catalizador de la transformación: las empresas han reactivado sus planes de inversión, han comenzado a digitalizarse y se están preparando para invertir en tecnologías verdes.
- Sin embargo, la crisis económica de la COVID-19 ha amplificado las desigualdades geográficas y sociales existentes.
La crisis de la COVID-19 ha demostrado el poder de las políticas públicas. El rápido repunte de la inversión en Europa (excepto en Irlanda, donde la inversión real se encuentra rezagada) muestra que el apoyo del sector público ha sido crucial para suavizar el impacto económico en las empresas y los hogares. No obstante, hay indicios de que la crisis de COVID-19 ha exacerbado la asimetría y las desigualdades existentes. El impacto de la pandemia no se está viviendo de manera uniforme en toda Europa. Las regiones se recuperan a diferentes velocidades. Aunque la digitalización y la transformación ecológica de la economía están acelerando un profundo cambio estructural, Europa corre el riesgo de que aumenten las desigualdades.
Estas son algunas de las principales conclusiones de la edición de 2022 del Informe anual de inversiones del BEI, La recuperación como catalizador del cambio. El informe, que constituye el examen periódico más completo de la inversión en la UE, vuelve la vista atrás para evaluar el impacto de la pandemia en las personas, empresas y países de la Unión Europea. También mira hacia el futuro, a la forma de utilizar la recuperación como catalizador de la transformación, examinando la inversión en el cambio climático y la digitalización. Asimismo, analiza el papel de las ayudas públicas para garantizar una recuperación justa, evitando el aumento de las desigualdades.
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«Las ayudas públicas han sido y siguen siendo cruciales para salvaguardar los puestos de trabajo y mantener las empresas a flote durante la pandemia. Sin embargo, nuestro último informe de inversiones muestra que las diferentes vulnerabilidades sociales y regionales que ya existían antes de la crisis están exacerbando una recuperación desigual y amplificando la heterogeneidad existente», ha declarado el vicepresidente del BEI, Ricardo Mourinho Félix. «Por ello, el BEI garantizará sistemáticamente que las oportunidades que ofrece la transición a una economía más ecológica y digital se compartan en toda la Unión Europea. La modernización de las infraestructuras debe ir acompañada de una mayor inversión en infraestructuras sociales y, sobre todo, en talento, competencias y formación para que esta transición histórica sea justa para todos».
«En menos de dos años, el producto interior bruto (PIB) real y las inversiones han vuelto a los niveles anteriores a la pandemia. Las políticas de apoyo han sido cruciales para la recuperación, pero la crisis no ha terminado. Las vulnerabilidades y los riesgos de asimetría persisten, mientras que la capacidad de las empresas y los ciudadanos para adaptarse a la nueva normalidad todavía está por demostrar. Ómicron supone un reto más y aumenta sustancialmente la incertidumbre», ha afirmado la directora de Asuntos Económicos del BEI, Debora Revoltella «Es el momento de empezar a centrarse en el futuro. Las necesidades de inversión para adaptarse a la nueva normalidad y cosechar los beneficios de la transición ecológica y digital son enormes. La inversión pública y la privada tienen que complementarse. Para ello, las políticas deberán seguirse centrando en la inversión pública, aumentando al tiempo los esfuerzos para catalizar la inversión privada».
Inversiones en la Unión Europea: las políticas de apoyo han debilitado el vínculo entre el impacto de la crisis y la inversión futura
En toda Europa, la formación bruta de capital fijo real (un parámetro para medir la inversión) disminuyó sustancialmente en 2020, pero menos de lo previsto. Además, las inversiones solo han tardado dos años en recuperarse del impacto de la pandemia, en comparación la crisis financiera mundial, que requirió más de una década. A finales del segundo trimestre de 2020, la inversión real en la Unión Europea registró una caída vertiginosa del 14,6 % con respecto al cuarto trimestre de 2019. Sin embargo, se recuperó rápidamente y volvió a su nivel de 2019 en el segundo trimestre de 2021 (excluyendo Irlanda).
Si bien el efecto inicial de la crisis de la COVID-19 fue en gran medida indiscriminado y todos los países de la Unión Europea se vieron afectados, el impacto es ahora más desigual, ya que la inversión se recupera a diferentes velocidades. En el segundo trimestre de 2021, la formación bruta de capital fijo real estaba por encima de los niveles anteriores a la pandemia (es decir, en comparación con el cuarto trimestre de 2019) en 20 Estados miembros de la UE y por debajo del nivel anterior a la crisis en siete países.
El Informe de Inversiones del BEI muestra que las ayudas públicas fueron generalizadas y se dirigieron a las empresas más necesitadas, no a las empresas «zombis», que ya sufrían debilidad financiera. Las empresas con un bajo nivel de liquidez tenían muchas más probabilidades de beneficiarse de las políticas de apoyo. No obstante, los indicadores de debilidad financiera de larga duración, como el endeudamiento excesivo, la baja cobertura de intereses o la baja rentabilidad de los activos, no tuvieron un efecto significativo sobre la posibilidad de que una empresa recibiera ayuda.
Y lo que es todavía más importante, las políticas de apoyo permitieron a las empresas mantener sus planes de inversión, independientemente de las pérdidas de ventas experimentadas. Las empresas que recibieron ayudas también tenían más probabilidades de preservar sus programas de inversión y, por ende, de acelerar su transformación.
Las empresas europeas prevén aumentar este año sus inversiones. La proporción de empresas que invirtieron el año pasado fue relativamente baja (79 %), pero un saldo neto de +18 % de las empresas esperaba aumentar sus inversiones en 2021, lo que supone un fuerte cambio respecto al año anterior (-28 %). Los indicadores de percepción del clima económico y la disponibilidad de financiación interna vuelven a ser positivos a medida que se afianza la recuperación.
Las políticas de apoyo han protegido la inversión empresarial del impacto de la crisis en las ventas
Políticas de apoyo y planes de inversión, por pérdidas de facturación
Fuente: EIBIS 2021, cálculos del BEI.
Las ayudas públicas no han podido evitar el aumento de las desigualdades sociales y la pérdida de inversiones en educación y formación
En la Unión Europea, las políticas dirigidas a preservar los puestos de trabajo y evitar un aumento significativo del desempleo han tenido éxito en general, pero las condiciones del mercado laboral se han deteriorado para los jóvenes y las personas con menos formación. Los efectos adversos sobre el empleo, aunque limitados en general, se concentraron entre los menores de 30 años y las personas con menor nivel educativo.
La mejora de las cualificaciones y el reciclaje profesional deberán convertirse en objetivos políticos clave para abordar el inminente problema de la reconversión en el mercado de trabajo, evitando una situación en la que los trabajadores queden atrapados a gran escala en industrias en declive y empresas en quiebra.
No obstante, la proporción de empresas que invierten en formación ha disminuido, a pesar de las políticas adoptadas para que los trabajadores conserven sus puestos de trabajo. El número de empresas que invierten en formación ha descendido 10 puntos porcentuales, a pesar de que el 79% de las empresas considera que la falta de trabajadores cualificados es un obstáculo para la inversión. Aunque este declive no haya sido sustancial, ha acentuado las debilidades estructurales existentes.
El empleo de los jóvenes, el más afectado
Variación interanual de la tasa de empleo en la UE, primer trimestre de 2021 (en puntos porcentuales)
Fuente: Eurostat, cálculos del BEI
Este peligro de quedar «atrapados» es mayor en las regiones con menor renta. La comparación entre las regiones de cohesión (regiones «menos desarrolladas» y regiones «en transición») y las regiones más desarrolladas muestra que las transiciones digital y climática podrían obstaculizar la convergencia europea, ya que las empresas de las regiones con menor nivel de renta están menos preparadas para aprovechar las oportunidades disponibles y adaptarse a ellas.
La inversión global en digitalización se está acelerando, mientras que una parte importante de las empresas de la UE sigue sin digitalizarse
Las empresas de la UE se han digitalizado como respuesta a la crisis de la COVID-19, pero no tanto como las estadounidenses. Un 46 % de las empresas de la UE han respondido a la pandemia con una mayor digitalización, frente a un 58 % en Estados Unidos. También es mayor la proporción de empresas estadounidenses que han adoptado tecnologías digitales avanzadas: un 66 % frente a un 61 % en la Unión Europea.
En la Unión Europea, las empresas que ya habían implantado tecnologías digitales avanzadas se han mostrado más propensas a profundizar en la digitalización a raíz de la pandemia, incrementando aún más la brecha con respecto a las empresas más retrasadas.
Si bien cerca de la mitad de las empresas que ya habían implantado tecnologías digitales avanzadas afirmaron haber aumentado su digitalización como respuesta a la pandemia, solo un tercio de las menos avanzadas indicaron haberlo hecho. En Europa, el 26 % de las empresas se encuentran en la categoría de «ninguna de las dos cosas»: ni usan tecnologías avanzadas, ni están en vías de ser más digitales como respuesta a la pandemia. Esta cifra contrasta con el 18 % de empresas en situación similar en Estados Unidos.
Un tercio del empleo de la UE se encuentra en empresas que no utilizan tecnologías avanzadas ni se han digitalizado como respuesta a la pandemia
Fuente: EIBIS 2021, Eurostat y estadísticas estructurales de empresas de la OCDE, y Oficina del Censo de los Estados Unidos.
Esta creciente brecha digital plantea riesgos para el mercado laboral. En Europa, el 33 % de los puestos de trabajo están asociados a empresas que no toman ninguna iniciativa en el ámbito digital, frente a un 20 % en Estados Unidos.
La inversión en el cambio climático se ha estancado por la pandemia, pero el liderazgo político de la UE está dando frutos de cara al futuro, con más empresas que prevén invertir y un sector de tecnologías verdes en auge en la UE
Alrededor del 43 % de las empresas europeas invirtieron en medidas climáticas para hacer frente a los riesgos físicos y de transición, más que en Estados Unidos, a pesar de que algunas inversiones se han paralizado por la pandemia. La proporción de empresas que invierten en medidas climáticas está ligeramente por debajo del 45 % registrado en 2020, si bien cada vez son más las entidades que tienen previsto invertir en los próximos años. En general, la proporción de empresas de la UE que invierten y esperan invertir en el clima sigue siendo significativamente mayor que en Estados Unidos.
Uno de los elementos clave de la estrategia europea de cero emisiones netas consiste en apoyar la innovación de las empresas centradas en las tecnologías verdes. Al disminuir el coste de la reducción de los gases de efecto invernadero o de la contaminación, la innovación ecológica puede garantizar que la Unión Europea alcance la neutralidad climática sin perder rentabilidad.
La financiación de la innovación en tecnologías verdes ha aumentado en los últimos años. Tras un pequeño retroceso de 2013 a 2016, las inversiones de capital riesgo y de capital privado en empresas europeas de tecnologías verdes aumentaron considerablemente a partir de 2017, lo que refleja la creciente preocupación de la sociedad por el medio ambiente y la sostenibilidad y la mayor atención que prestan los responsables políticos de la UE a la financiación privada como catalizador de la revolución verde.
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Información general
Sobre el informe
El informe anual del BEI sobre inversiones y financiación de la inversión es una publicación del departamento de Asuntos Económicos del BEI que ofrece una perspectiva global de la evolución y los factores que impulsan la inversión y su financiación en la Unión Europea. Combina el análisis y la comprensión de las principales tendencias y desarrollos del mercado, con un enfoque temático más profundo, que este año está consagrado al progreso de Europa hacia un futuro inteligente y ecológico en el entorno posterior a la COVID-19. El informe se basa en gran medida en los resultados de la encuesta anual del BEI sobre la inversión (EIBIS) y la encuesta municipal del BEI.
Complementa el análisis interno del BEI con aportaciones de destacados expertos en la materia.
Acerca del departamento de Asuntos Económicos del BEI
La misión del departamento de Asuntos Económicos del BEI es proporcionar análisis y estudios económicos para apoyar al Banco en sus operaciones y en la definición de su posicionamiento, estrategia y política. El departamento cuenta con un equipo de 40 economistas y está dirigido por la economista jefa del BEI Debora Revoltella. Puede encontrar aquí más información sobre la investigación del BEI.